* El periodismo suele dejarnos historias y personas en el corazón. Eso me pasó con Jeny Castañeda: una mujer que ha sufrido los embates del conflicto y de la violencia en el país, pero que me dejó una lección de vida, de perdón y de valentía cuando la conocí, por allá en 2014. Hoy es toda una celebridad y un ejemplo, que apareció en el programa de Pirry, fue nominada al premio Titanes Caracol y ha aparecido en documentales internacionales. Quiero compartir la historia que escribí en Reconciliación Colombia, contando cómo perdonó a los asesinos de su mamá. Su testimonio aún me conmueve, como la primera vez.
La noche del lunes 17 de septiembre de 2001, varios miembros de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio sorprendieron a Damary Mejía, una de las líderes sociales más reconocidas de Puerto Triunfo, un municipio del Magdalena Medio antioqueño, en medio de una de sus tareas comunitarias.
Entraron a un terreno de la Hacienda Nápoles -la antigua finca de Pablo Escobar, ubicada en el corregimiento de Doradal-, en donde ella lideraba la invasión de un grupo de 60 personas que no tenían vivienda, la buscaron con linternas entre las carpas y la asesinaron mientras dormía, a las 11 y 45 de la noche.
La noche del lunes 17 de septiembre de 2001, varios miembros de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio sorprendieron a Damary Mejía, una de las líderes sociales más reconocidas de Puerto Triunfo, un municipio del Magdalena Medio antioqueño, en medio de una de sus tareas comunitarias.
Entraron a un terreno de la Hacienda Nápoles -la antigua finca de Pablo Escobar, ubicada en el corregimiento de Doradal-, en donde ella lideraba la invasión de un grupo de 60 personas que no tenían vivienda, la buscaron con linternas entre las carpas y la asesinaron mientras dormía, a las 11 y 45 de la noche.