jueves, 5 de noviembre de 2015

La semana más triste de nuestra historia



Hace exactamente 30 años, sin sospecharlo, los colombianos estaban a punto de vivir una de las semanas mas trágicas, duras y tristes de su historia reciente (lo que es mucho decir en un país que ha pasado por tanto). La demencia humana y la naturaleza golpearon, con solo 7 días de diferencia, a una Nación que miraba estupefacta y que aún hoy siente los rezagos de aquellos golpes.

El 6 y el 7 de noviembre de 1985 el Palacio de Justicia, en plena Plaza de Bolivar de Bogotá, ardió en llamas por un acto demencial del M-19  (la toma armada de las instalaciones) que fue respondido con igual demencia por el Ejercito Nacional sin que importaran las vidas de los ciudadanos que estaban de rehenes, y eso que uno de ellos le rogó en la radio al presidente Belisario Betancur que parara el fuego para resguardar sus vidas.  Los civiles, como siempre, murieron en medio del fuego cruzado y del incendio, aparentemente provocado por los guerrilleros para quemar expedientes sobre narcotráfico por encargo de Pablo Escobar (aunque hay versiones que dicen que se originó por el fuego cruzado y otras que dicen que fueron los militares). 



Un día después unas 12 familias se percataron, desesperadas, de que sus seres queridos no aparecían entre los sobrevivientes de la tragedia ni en la morgue, donde estaban los cadáveres de las 76 personas que habían fallecido (incluyendo a varios magistrados de la Corte Suprema de Justicia). Habían, sencillamente, desaparecido de la faz de la tierra... Desde entonces llevan 3 décadas buscándolos. Algunos de ellos con videos que demuestran que salieron con vida, en manos de militares, y alegando que al parecer fueron torturados (pues se sospechaba que eran guerrilleros) y asesinados. hasta hace unos días aparecieron unos huesos calcinados de tres de ellos en tumbas de otras personas. 

Siete días después, el 13 de noviembre, cerca de las 9 de la noche, cuando aun la tragedia del Palacio pesaba en la moral de 30 millones de habitantes, la erupción del volcán Nevado del Ruiz generó una avalancha que arrasó completamente con Armero, un pueblo tolimense de 29.000  habitantes que durante todo el día habían visto como caía ceniza del cielo. Una tragedia anunciada por expertos a los que el Gobierno Nacional no escuchó. Si lo hubiera hecho, tal vez los mas de 20.000 muertos que dejó el desastre natural se hubieran podido evitar con una  evacuación. 

Las imágenes que los canales de televisión mostraron al día siguiente terminaron por hundir a los colombianos en la tristeza y la zozobra. Los socorristas y periodistas que habían visto la muerte y la desolación en el Palacio apenas unos días atrás, ahora viajaban a Armero… a lo que quedaba de Armero: una planicie llena de barro en donde Omaira Sanchez , una niña de solo 13 anos,  agonizó frente a millones de personas de todo el mundo que la observaban por televisión.  Estaba enterrada y no la pudieron sacar. Ella, sin embargo, habló con los periodistas sobre sus exámenes del colegio y hasta le mandó saludos a su madre. 

Pero  como en Colombia la tragedia y la celebración van de la mano, a la semana trágica no le podían faltar sus fiestas: Mientras el Palacio de Justicia ardía en llamas, la televisión transmitió (por orden de la Ministra de Comunicaciones) el partido Millonarios vs Union Magdalena. Y la noche en la que Armero fue sepultado, los colombianos veían Millonarios vs Cali. 

Como si fuera poco, en la mitad de las dos tragedias (el lunes festivo 11 de noviembre) se llevó a cabo el Reinado Nacional de la Belleza en Cartagena. Maria Monica Urbina fue elegida reina. “La reina de la paz” según algunos periódicos. 

Lo cierto es que ambos hechos, ocurridos con una semana de diferencia, marcaron tanto a este país que hoy yo, que nací tres años después,  aun tengo que escribir estas lineas para tratar de entender por qué pasó lo que pasó. Y por qué, por esa semana, pareció como si Dios se hubiera olvidado de nosotros. 

Material recomendado sobre ambos hechos recomendados: 








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