lunes, 5 de septiembre de 2011

Los no indignados

Es sábado en la tarde y un puñado de jóvenes israelitas se agolpa en una plaza de Tel Aviv. Pelean, sobre todo, por los precios de las viviendas y las injusticias sociales en su país. Con ellos, ya es otra nación más en la cual los indignados, como los llama la prensa internacional, sientan su voz en contra de esas clases políticas (de derecha en unos y de izquierda en otros) que tienen a sus países en una interminable crisis social desde hace varios años. No ha pasado nada en especifico que los haya llevado a protestar, es más bien el cúmulo agotado de años y años de una política tradicional, que sin inclusión y sin razón los ha ido llevando a las calles poco a poco.

Las protestas empezaron en oriente, como casi todo lo bueno que ha tenido el mundo en su historia, tumbaron gobiernos que se creían eternos y llegaron a España, pasaron por Inglaterra (donde fue más el desorden y el vandalismo) y finalmente están en Israel. En América, Chile no ha sido ajeno al movimiento mundial; las protestas por el sistema educativo en el país del pacifico, llevaron a muchos estudiantes y profesores a las calles, en un grito que sólo pudo ser sobrepasado por un trágico accidente aéreo. La juventud del mundo entero se mueve, no se quedan callados ante lo que consideran injusto y salen a expresarse....
Mientras tanto, en un encapsulado país de Sudamérica, la noticia más importante de ese sábado es el asesinato de un soldado ex-secuestrado, quien según las primeras versiones de la noticia, estaba metido en vicios y en problemas psicológicos. Nada mejor para explicar la indiferencia crónica de la que sufre Colombia. Tras años de violencia y de noticias desagradables, aprendimos a ser indiferentes para seguir viviendo en una supuesta paz con nuestras conciencias. Las peores cosas y los peores personajes nos pasan por encima y nosotros no hacemos nada, dejamos que nos pisoteen, nos molestamos y como máximo hacemos entradas en nuestros blogs, pero al otro día todo vuelve a ser igual... sale otra noticia de la cual los medios de comunicación sacan el jugo y lo anterior se quedó olvidado.

En Estados Unidos, luego de descubrirse que había estado espiando a la oposición, el presidente Richard Nixon renunció. En Colombia, tras descubrirse que había sido elegido en una campaña financiada por el Cartel de Cali, el presidente Ernesto Samper fue absuelto por la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes y terminó su periodo, mientras este indiferente país se dedicaba a hablar mal de él. Un país que ha aprendido a vivir con la corrupción y con los saqueos. Un país en el que el ex-presidente más popular tenía montado todo un sistema de vigilancia contra los partidos opositores, los periodistas, las cortes de justicia y hasta contra algunos miembros de su coalición... y a pesar de todas las pruebas en su contra, sigue siendo el ex-presidente más popular.

¿Cuándo será que haremos algo más que ver pasar los problemas? ¿Cuándo será que indignados salgamos a las calles y empecemos a pedir un país mejor?... no me refiero a salir a pelear contra la violencia y la guerrilla cuando el gobierno lo planea, ni a salir a pelear contra el sistema apoyando a grupos 'guerrilleros' que más parecen hogares geriátricos de asesinos. Me refiero a salir realmente indignados a pedir un país mejor; incluyente, justo, sin corrupción, con nueva sangre política, en el cual los congresistas y concejales no tengan poder clientelista para dar y quitar puestos, en el cual los grupos de abuelos del monte no se dediquen a hacer imposible vivir en paz.... en el cual los paramilitares no se dediquen a quitarles tierras a los campesinos, luego de masacrarlos y expulsarlos de sus hogares de la manera más asquerosa posible (a.k.a. Masacre de El Salado).

Veo con buenos ojos que al menos los responsables de robos al pueblo colombiano tan descarados como Agro Ingreso Seguro o el Carrusel de la Contratación de Bogotá, estén en este momento tras las rejas. Eso me hace pensar que la indiferencia ha bajado un poco y que en unos años, inspirados por los vientos de protesta en el mundo, los colombianos salgamos de nuestro letargo y empecemos a cambiar esté país por nosotros mismos, así sea gritando en una plaza que queremos algo distinto, así sea parándonos frente al mundo, expresándonos... "No más juegos con este país, no más manipulación ni injusticias.... queremos vivir en una verdadera democracia".

1 comentario:

  1. Creo que además de la indiferencia crónica que nos aqueja, nuestro mayor problema es que somos un país sin memoria, que se deja deslumbrar por las cortinas de humo mediáticas con las que las grandes cadenas "informativas" nos atacan cada día.

    ResponderEliminar