jueves, 15 de septiembre de 2011

Certificado de doble moral.

Colombia es un país que produce noticias cada minuto. Muchas de ellas son indignantes por sí mismas y otras lo son por la importancia o el enfoque que le dan los medios de comunicación más influyentes. Pensaba escribir una pequeña diatriba contra nuestro honorable presidente del senado, Juan Manuel Corzo, quien en un arranque de sinceridad en una emisora confesó que una de las razones para aprobar el subsidio a la gasolina de los congresistas en las mesas directivas era que los 16 'millonsitos' que recibía mensualmente no le alcanzaban para 'tanquear' sus dos carros. Sin embargo, la noticia es tan indignante por sí misma que ya no requiere que hable en profundidad del tema para demostrar las grandes paradojas de la inequidad y la injusticia en este país.

Otro de los grandes titulares del día, por el contrario, me parece que puede generar un buen debate en torno a lo que en realidad significa y a la verdadera importancia o relevancia que tiene. Dice una de las noticias de El Tiempo: "EE. UU. certifica a Colombia en DD. HH. y desembolsa US$ 23 millones". A primera vista se lee como una noticia muy alentadora y halagadora; una de las mayores críticas al accionar del país en los últimos años ha sido el manejo de los Derechos Humanos en la fuerza pública y por parte del estado, además la 'certificación' viene acompañada de una buena cantidad de dinero. Pero en este caso es necesario analizar las cosas un poco mejor:
¿Quién nos está certificando?.. Los Estados Unidos de América, es decir, los mismos creadores de excesos tan degradantes como las dos bombas atómicas lanzadas contra la población civil (Hiroshima y Nagasaki), los mismos que se inventaron una posesión de armas nucleares por parte de Hussein para poder invadir Irak, los mismos que usaban el Body Count para mostrar resultados en la guerra de Vietnam (con mayoría de bajas civiles), y para no ir muy lejos, son los mismos que hace un año y medio estaban en el ojo del huracán por el maltrato de los presos de Guantanamo y Abu Ghraib. Yo me pregunto, ¿Qué poder moral tienen los Estados Unidos para venir a certificar o decertificar a alguien en Derechos Humanos cuando ellos son de los mayores violadores de DD. HH. en la historia?...

¿Para qué sirve la certificación?.. Fácil, desde que se creó el Plan Colombia (en el gobierno de Andrés Pastrana) el congreso norteamericano dejo especificado por ley que el 30% de esa ayuda anual dependía de una revisión del respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos por parte de Colombia. De ese modo puede considerarse justificada la certificación, puese yo no le voy a entregar una millonaria suma que sale de mí presupuesto como país a cualquier otro gobierno sin solicitarle lo que yo quiera. Prácticamente el Plan Colombia es un regalo (de muchos millones, insisto) del gobierno de Estados Unidos a Colombia para su lucha contra las drogas y el 'terrorismo', y de ese modo si ese gobierno quiere hacer una verificación de que todos los Colombianos tienen que ser bilingües para entregar esa plata (uso el caso de manera de ejemplo), lo puede hacer.

Teniendo en cuenta estos elementos, ¿Cuál es la verdadera importancia de la certificación?... la respuesta es muy sencilla: la plata que el ejército va a recibir. La certificación no es importante por lo que se certifica, pues un país como el de los Estados Unidos, acostumbrado a cometer infracciones contra los Derechos Humanos cuando de cumplir sus metas económicas y de poder se trata, no puede generar una opinión confiable acerca de cuando un país respeta o no respeta el DD. HH. Carece de moral para hacerlo, es como si el Bolillo Gómez sacara certificaciones de respeto por las mujeres. Creer que porque los vecinos del norte lo dicen, acá ya somos ejemplo de defensa de los derechos humanos es un error muy grande.

Yo no puedo entrar a calificar si actualmente las Fuerzas Militares están respetando o no los Derechos Humanos, ni sé si barbaridades como los 'falsos positivos' ya se dejaron de cometer. Ojalá y sea así, pero me produce mucha rabia ver esa doble moral de los Estados Unidos con su 'certificación' de Derechos Humanos, y esa 'emoción' de nuestro país en general por ver en esa certificación una especie de documento a mostrar para garantizar nuestro respeto por valores fundamentales. No lo es. Estados Unidos puede estar en su derecho de pedir lo que quiera y expedir lo que le plazca para regalarnos su plata, pero los colombianos y los medios de comunicación, debemos tener la claridad de saber que una certificación de respeto a los Derechos Humanos expedida por los Estados Unidos, tiene tanta validez como una certificación de austeridad y ahorro expedida por el presidente de nuestro congreso.

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