lunes, 15 de junio de 2009

Angeles y Demonios: Una aventura para disfrutar leyendo


¿Es una constante que las películas basadas en libros y los libros tengan que ser tan diferentes?

Hago esa pregunta basado en suficientes experiencias previas con cintas sobre libros que me gusta leer. Desde Harry Potter he aprendido a separar las películas de los libros y sé que son cosas cosas totalmente distintas. Eso me ha funcionado a la perfección, ya que mi película favorita de la saga (hasta ahora) es una de las más criticadas por los lectores puristas: Harry Potter y la Orden del Fenix. A pesar de que hay muchos cambios entre el libro y el guión, la disfruté de principio a fin, y supe encontrarle su encanto como ente independiente.

Sin embargo al ver Angeles y Demonios en el cine me ha quedado un gran sinsabor, aún teniendo en cuenta que la película es entretenida y buena.

El problema principal es que el libro es mil veces mejor y muchas de las escenas y partes de la historia que más me gustaron al leer fueron omitidas o cambiadas en la película: Cardenales que sobrevivían (en el libro todos morían), secretos no contados omitidos, muertes que ocurrían en sitios privados cuando en el libro eran en frente de todo el publico, Langdom cayendo del helicóptero al río, el espectacular personaje de Maximilliam Kohler desaparecido, el amarillismo de la prensa y las pantallas gigantes mostrando todo lo que ocurría en el interior ausentes, la muerte publica del camarlengo que en realidad moría quemado en plena plaza principal, etc.... Muchos cambios para mi gusto.

El libro de Angeles y Demonios es una espectacular sucesión de escenas detectivescas, de acción y llenas de pistas por seguir que envuelven la lectura en un ambiente de emoción que hace muy difícil separarse de las paginas. El estilo ya conocido de Dan Brown (El Código DaVinci) de contar su historia desde varios puntos de vista funciona a la perfección y desde el principio nos metemos de lleno en la guerra entre la razón y el espíritu (religión y ciencia). Luego, con el paso de los argumentos y gracias a su pluma magistral, nos vamos dando cuenta de que las cosas no son como parecen. Al final, las sorpresas y las verdades de esta historia no se revelan sino hasta los últimos capítulos, llenos de tensión.

137 capítulos cortos, que hacen que la lectura sea más amena y pegajosa, nos van llevando a esclarecer como una antigua secta de científicos antivaticano llamada los Illuminati, que se creía desaparecida, resurge con el poder del arma más mortifera jamas creada por el hombre mientras amenaza a su antiguo enemigo la iglesia Católica, que pasa por un momento de gran vulnerabilidad: están en plena elección de nuevo papa. 

Todos los acontecimientos se van desvelando poco a poco de la mano de Robert Langdom, quien junto a Vittoria Vetra irán descifrando los secretos de esta secta y se irán dando cuenta de sus limites al ver como 4 cardenales son asesinados en 4 puntos de roma y como una bomba de antimateria amenaza con estallar todo el vaticano a las 12 A.M. Todo, acompañados por el amarillismo de la prensa, que explota el miedo de la gente, y por el malévolo plan de un hombre que quiere aprovechar el miedo para generar fe. Un hombre que en lo profundo de su ser no es malo, sino que está tan cegado por sus creencias y convicciones que no mide las consecuencias de sus actos, que él pensaba estaban acercando a Dios al mundo.

Todo termina de una manera sorpresiva, con culpables inesperados y con la gran lección de que tanto ciencia como religión buscan el mismo objetivo: dar respuestas. Y que por lo tanto,  ninguno debe tratar de destruir al otro, ya que sencillamente el mundo necesita de ambos. Es más, en algún momento puede que lleguen a la misma respuesta (esta sí es una reflexión muy mía).

En fin, recomiendo el libro, especialmente a los que ya se vieron la película y no lo han leído, porque encontraran un relato mucho más sorprendente, emocionante y reflexivo del que aparece en pantalla grande. 

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