lunes, 18 de agosto de 2008

Fanny Mickey: Gracias dama de la cultura...

Se quedan cortas las palabras cuando hablamos de Fanny Mickey y de su importancia para la cultura de Colombia. Su sorpresiva muerte fue una de las noticias más tristes que ha recibido el país en este 2008 de liberaciones, marchas y medallas olímpicas. El destino quiso que el mismo día y casi a la misma hora que Jackeline Rentería estaba levantando la segunda medalla en estos Olímpicos de Beijing 2008 para Colombia, la gran dama del teatro estuviera muriendo en Cali, la misma ciudad que la recibió años atrás cuando se vino de Argentina, su país natal. 

En Bogotá encontró una ciudad fría y aburrida, de pensamientos conservadores y de mente cerrada, en la cual el teatro, la cultura y el arte eran conceptos más bien elitistas o manejados por grupos de izquierda radical que lo usaban como herramienta política. No había rastro de lo que algunas vez llamaron la "Atenas Sudamericana".
Su lucha incansable por abrirle la mente a una sociedad clasista y fría como la bogotana duro años. Fundó el Teatro nacional para sacar la exclusividad de este arte del centro y llevarla al norte de la ciudad, a las familias y al público masivo. Luego, creó una fundación con la que recaudaba plata para apoyar el arte en la ciudad, al mismo tiempo que desarrollaba las tablas como nunca antes en el país: sacó el teatro a las calles donde pudo ser alcanzado por cualquier persona del común, trajo espectáculos que pocos pensaban que iban a ver en la ciudad e incluso ser metió al mundo de los conciertos y trajo a artistas como Pavarotti, Metallica o Ildivo.  

Pero el hijo más recordado de Fanny Mickey es y será siempre el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Un festival que se realiza desde 1988 cada dos años y que trae a las mejores compañías del mundo para presentar espectáculos para todos los gustos y de todos los precios, incluyendo obras gratis que pueden disfrutar personas que difícilmente habrían asistido de otra forma a un teatro en su vida. 

Eso es Fanny, y digo es porque su legado no morirá nunca; es diversión, cultura, música, atreverse (fue la primera mujer en posar desnuda en Colombia), romper paradigmas (hablar de sexo abiertamente en obras de teatro en una ciudad que años atrás se jactaba de su puritanismo) y brindar oportunidades para todos. En resumen: vivir la vida, disfrutar del arte y aprovecharlo como vehículo de desarrollo social.

Gracias Fanny, gracias a ti ahora en Bogotá vemos carnavales, festivales, comparsas y desfiles coloridos, bulliciosos y musicales. Gracias a ti esta ciudad sabe qué es el teatro (más allá de lo que en los años sesenta y setenta pregonaban las elites y los grupos maoístas o trotskistas) y se ha desarrollado en base a la cultura. Gracias a ti somos más cálidos, alegres y menos fríos, nos reímos más de la vida, somos más abiertos y menos conservadores. Gracias a ti este país aprendió que la cultura nos ayuda a desarrollarnos y trae calidad de vida. 

Siempre voy a recordar el cierre del festival de este año, al cual tuve al placer de asistir con una multitud en el Parque Simón Bolívar. Recuerdo tus palabras, entre lágrimas, mientras decías que estabas feliz de vernos tan contentos. Recuerdo los juegos pirotécnicos y el espectáculo de fuego y luces que solo tu podías traer. Y también recuerdo, con toda claridad, los gritos del publico esa noche: "Se lucio, Fanny se lucio..". 

Gracias Fanny, muchas gracias y hasta siempre.

2 comentarios:

  1. joselito ..totalmente deacuerdo contigo ...

    definitivamente fanny inundo de colores una ciudad fria y triste como lo era bogota... gracias a ella tenemos la fortuna de decir q nuestro pais esta inundado de talento y carisma.. solo resta por decir .. gracias fanny... gracias por darle alegria a la vida q muchos siendo de aqui no lo lograron...

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  2. Solo resta añadir, que el debr de mantener la gran tradición que esta señora en su tiempo creo, no depende del hijo ni de los sobrinos, ni de nadie más, sino nosotros mismos... ¡Seguiré asistiendo a los festivales! Piorque para mi, no hay Bogotá completa sin Fesival de Teatro. ¡Muy bien escrito Jose! Besitos, chau...

    Natis

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