miércoles, 13 de octubre de 2010

Los mineros de Chile: lecciones de un país vecino

Con mucho respeto, emoción y un profundo sentido de la solidaridad, vimos como los 33 mineros chilenos que habían quedado atrapados en una mina fueron rescatados sanos y salvos. Ver como todo el aparato de un estado (sin publicidad política de ningún tipo) usa toda su capacidad para salvar las vidas de unas humildes personas trabajadoras, es algo de admirar porque muy difícilmente podremos verlo en un país como Colombia. 

Muchas veces incluso podríamos pensar que no somos tan diferentes a Chile, ¡Pero que equivocados estamos!

En Colombia caen minas cada mes, dejando mineros atrapados y muertos, y los noticieros les dedican unos pocos segundos en una cápsula llamada “En otras noticias nacionales”. El respeto por la vida y la integridad del ser humano esta tan perdido por la guerra y el conflicto de 50 años que ha degradado nuestro sentido y nuestra concepción de la vida, que ni siquiera nos aterramos con las muertes que día a día colman nuestra pantalla. En  cambio en chile, al mínimo peligro de muerte de 33 humildes mineros, todo el aparato y la fuerza estatal se movilizó para un operativo que envidiaría cualquier película americana.

Alguno de ustedes puede responderme que el rescate de los secuestrados (la renombrada operación Jaque y la operación camaleón) es un símil colombiano al rescate de los mineros chilenos, pero no es tan así… En Colombia es más importante el éxito militar que la vida misma de los colombianos. Los esfuerzos siempre van centrados en una derrota del enemigo y no en salvar la vida de pobres militares y civiles que llevan 12 años enjaulados en la selva. En este país lo importante no es salvar a toda costa la vida (así sea del más simple y humilde de los colombianos), sino demostrar la fuerza y la eficacia del aparato militar. 

Mientras que en Chile la transmisión se ocupa de mostrar cómo salen con vida 33 personas y de cómo en todo el país se celebra la vida, en Colombia las transmisiones de los rescates están centradas en el ministro de defensa (o presidente del momento) y su cúpula militar, y de cómo en las calles se celebra la victoria en una batalla más de esta guerra de más de medio siglo. Por si fuera poco, la transmisión acá no respeta la dignidad e integridad de los recién rescatados (las cámaras los persiguen hasta el baño), el gobierno de Chile, en cambio, no dejó grabar más allá de la salida de los mineros, respetándoles su privacidad y su salud mental luego de un rescate de estas características.

El hecho de que aún existan muchas personas secuestradas en este país es una muestra más de lo atrasados e incivilizados que somos respecto a nuestros vecinos chilenos. Cualquier tipo de posible acuerdo humanitario para sacar con vida y sin peligro a los secuestrados a cambio de la liberación de algunos guerrilleros presos se ve como una derrota militar y no como un imperativo de “salvar la vida de todos los colombianos”, un imperativo que además hace parte de la constitución de 1991.

También es de destacar la forma en que el presidente y los ministros de Chile (hasta los políticos de oposición que mostraron apoyo incondicional al presidente, algo que seguro no pasaría ni por asomo en este país) manejaron el tema, usando un bajo perfil y poniendo por encima de sus egos y vanidades la vida de los mineros. Cuando se supo que estaban vivos, se hizo una planeación rápida y de forma eficiente y eficaz se ejecutó un operativo de rescate que en Colombia no hubiéramos podido realizar, ya que acá no somos capaces ni siquiera de arreglar una de las calles más importantes de la capital (véase Calle 26 o AV. El Dorado) porque los contratistas y el mismo distrito están más interesados en ver que tajada sacar y en como burlar las normas para beneficiarse (económica o electoralmente). 

Acá los ministros que están siendo investigados por actuaciones irregulares se quedan aferrados a su puesto ante la total indiferencia (e incluso el apoyo) de millones de colombianos, y ni siquiera (por más inocentes que sean) renuncian para permitir un debido proceso. No, en este país se perdieron la moral y la vergüenza hace mucho tiempo, tanto que una mayoría de colombianos aprueba la gestión de un ministro (exministro en este caso) que ayudo a beneficiar a empresarios y personas de la farándula con un programa de subsidios para campesinos pobres colombianos llamado Agro-Ingreso Seguro, y lo peor del caso es que una gran parte de esa mayoría piensan que este personaje sería un buen presidente e incluso piensan en votar por él cuando seguramente se lance a la presidencia en unos cuantos años, solo porque muestra “mano dura” y lo ven como el hombre que seguirá propinando golpes en una guerra sin fin… 

¿Y la vida que? ¿La vida de los miles de campesinos que se vieron afectados por malos manejos del personaje al que me refiero donde queda?... ¡No nos importa!, la vida en este país no nos importa.

Cuando en Chile se enteraron que los mineros seguían vivos y celebraron como si hubieran ganado un mundial de futbol, yo recordaba las muchas veces que he oído en noticieros colombianos noticias del tipo “accidente de transito y sobreviviente”, “derrumbe y sobreviviente”, “mina caída y sobrevivientes”… y me preguntaba ¿cuantas de esas veces hemos celebrado?... ¡nunca!, la vida en este país no nos importa. 

Deberíamos aprender de Chile, un país que ha sacado lecciones valiosas de su propia historia y de sus errores. Un país que ha sabido reconciliarse partiendo de una situación difícil y de división. Un país que va directo al desarrollo partiendo desde la conciencia y el respeto a la vida…. ¡Felicitaciones chile!...

P.D. Creo que mi propósito de no hablar de política cuando creé este blog hace ya dos años quedó en la basura. Pero no importa, creo que es hora alzar la voz en temas políticos también, de frente y sin miedo. 

2 comentarios:

  1. Jose, totalmente de acuerdo. Este país está mal, muy muy mal... yo molestaba hace un rato diciento que los chilenos que salieron de la mina ahora tendrán plata, fama, viajes... y para esa gracia yo me aguantaba 70 días bajo tierra. Mi mamá me dijo, "pero que no sea en una mina de este país. Aquí dejarán que te pudras bajo tierra".
    No somos sólo dos lo que pensamos que si lo de los mineros hubiese pasado acá, ya todos estarían muertos y ni siquiera nos hubiésemos enterado que estaban vivos. Este país es la cagada... lástima que falte tanto tiempo para aprender.

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  2. nada mas cierto, en Colombia nunca seremos un mejor país si no aprendemos el valor de la vida. Nos falta mucho.

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