En plena guerra interna de Estados Unidos, los estados del sur (esclavistas) van perdiendo contra los estados del norte (no esclavistas). Abraham Lincoln, presidente reelecto y líder de los del norte, sabe que si antes de firmar la paz, la Cámara de Representantes no aprueba una enmienda a la constitución para acabar permanentemente con la esclavitud (uno de sus mayores sueños), luego será imposible hacerlo con representantes del sur votando. Así que hombres, contratados por él, deben convencer a 20 senadores para que cambien su voto y aprueben la abolición antes de que una comisión de paz del sur llegué a Washington.
Esta trama, poco atractiva para muchas personas, es uno de los episodios más importantes en la historia de Estados Unidos y Steven Spielberg decidió llevarla a la pantalla. Él, acostumbrado a hacer películas patrióticas y muy norteamericanas (War Horse, Saving Private Ryan), junto con un Daniel Day Lewis magnífico en su papel de Lincoln, lográ imprimirle un sello indiscutible de calidad a la cinta.