miércoles, 25 de julio de 2012

Unos juegos que vale la pena ver


De un momento a otro aparecen en televisión deportistas, marcas, estadios, medallas, banderas y celebraciones. Las pantallas comienzan a mostrar el esfuerzo de personas que parecen dejar su vida en cada instante sólo para lograr subir a un pódium, ese pequeño espacio de honor con el que millones sueñan en todo el mundo. Es la señal; comienzan con los Juegos Olímpicos. 

Con ellos llegan los deportes que casi nunca se transmiten, aunque tenemos deportistas que compiten en ellos constantemente y llevan con orgullo el uniforme con los colores de la bandera. Salto largo, salto alto, clavados, gimnasia olímpica, marcha, levantamiento de pesas, tenis de mesa, y muchos otros que, puedo asegurar, lo mantendrán pegado al televisor así no los haya visto nunca. 


He vivido seis olimpiadas (esta será mi séptima), pero sólo recuerdo cuatro con claridad. Desde aquella ocasión en la que vi como se encendía la llama olímpica en Atlanta 1996, hasta la impecable organización china en Beijing 2008, la competencia más importante del deporte en el mundo me genera siempre una curiosidad y un entretenimiento que pocos eventos logran conseguir.

Es cierto que no me emociona como un mundial de fútbol, pero la perspectiva de múltiples deportes en competencia y de muchos deportistas entregando más del 100% de su rendimiento para romper marcas y cumplir sus sueños, me seduce completamente. 

Para algunos los Juegos Olímpicos son un evento que no les merece su atención, pero los reto a que vean algunas de las competencias, especialmente de esos deportes que no conozcan o que no entiendan muy bien. Luego de una tarde frente al televisor ya estarán emocionados viendo a los deportistas tratando de llegar al primer lugar y de romper marcas establecidas. 

Sentirá una emoción adicional cuando en alguno de esos deportes aparezca un deportista colombiano, aquel que carga sobre sus hombros el peso histórico de un país con poca inversión en el deporte y que sólo tiene en la historia 1 medalla de oro, 3 de plata y 7 de bronce.  


Este año, los colombianos clasificados a las competencias son 104, un dato histórico, pues la máxima representación había sido de alrededor 70. Al parecer, con una mejor planeación y más inversión, este año se esperan mínimo 5 medallas, que pueden incluir dos de oro. Sería un excelente paso para el deporte nacional. 

Tal vez lo sorprendan momentos increíbles que parecerán copiados de películas y le saquen aplausos y lágrimas, como el de un nadador africano que nunca antes había nadado en una piscina olímpica, pero representó a su país en el 2008 y se quedo en la mitad de la competencia sin poder avanzar mucho; cuando al final llegó a la meta, un atronador aplauso lo recompensó por haber luchado hasta el final. 



O de pronto alguna atleta a punto del desmayo seguirá corriendo aún horas después de que los primeros hayan cruzado la meta y entre aplausos llegará casi cayéndose a la meta. 



Los deportes siempre sacan lo mejor de la gente. La sana competencia y el esfuerzo con recompensa tal vez refresquen un poco su vida durante estas próximas semanas. Hágame caso, no se arrepentirá. Los olímpicos valen la pena.




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