La elección de Gustavo Petro como alcalde de Bogotá ha generado todo tipo de comentarios y reacciones en la sociedad colombiana, en la cual la doble moral es una característica común. Yo no estuve ni estoy de acuerdo con esa elección, pero la razón que esgrimen la mayoría de colombianos para renegar del resultado de este domingo es que Petro fue guerrillero del M-19 y que asesino y secuestro personas. Lo que olvidan todos es que hubo un proceso de paz de por medio y que lo que se busca en mecanismos de negociación con grupos guerrilleros, es que ingresen con todos sus derechos a tener una vida normal.
La paz requiere sacrificio; desmovilizar a un grupo insurgente, implica garantizarles que es mucho mejor luchar por sus ideales en el sistema democrático que existe en el país, que hacerlo empuñando las armas. Cuando una persona logra entender esto, merece todo el apoyo de la sociedad para que al menos pueda ingresar al sistema a sobrevivir.