jueves, 15 de septiembre de 2011

Certificado de doble moral.

Colombia es un país que produce noticias cada minuto. Muchas de ellas son indignantes por sí mismas y otras lo son por la importancia o el enfoque que le dan los medios de comunicación más influyentes. Pensaba escribir una pequeña diatriba contra nuestro honorable presidente del senado, Juan Manuel Corzo, quien en un arranque de sinceridad en una emisora confesó que una de las razones para aprobar el subsidio a la gasolina de los congresistas en las mesas directivas era que los 16 'millonsitos' que recibía mensualmente no le alcanzaban para 'tanquear' sus dos carros. Sin embargo, la noticia es tan indignante por sí misma que ya no requiere que hable en profundidad del tema para demostrar las grandes paradojas de la inequidad y la injusticia en este país.

Otro de los grandes titulares del día, por el contrario, me parece que puede generar un buen debate en torno a lo que en realidad significa y a la verdadera importancia o relevancia que tiene. Dice una de las noticias de El Tiempo: "EE. UU. certifica a Colombia en DD. HH. y desembolsa US$ 23 millones". A primera vista se lee como una noticia muy alentadora y halagadora; una de las mayores críticas al accionar del país en los últimos años ha sido el manejo de los Derechos Humanos en la fuerza pública y por parte del estado, además la 'certificación' viene acompañada de una buena cantidad de dinero. Pero en este caso es necesario analizar las cosas un poco mejor:

lunes, 5 de septiembre de 2011

Los no indignados

Es sábado en la tarde y un puñado de jóvenes israelitas se agolpa en una plaza de Tel Aviv. Pelean, sobre todo, por los precios de las viviendas y las injusticias sociales en su país. Con ellos, ya es otra nación más en la cual los indignados, como los llama la prensa internacional, sientan su voz en contra de esas clases políticas (de derecha en unos y de izquierda en otros) que tienen a sus países en una interminable crisis social desde hace varios años. No ha pasado nada en especifico que los haya llevado a protestar, es más bien el cúmulo agotado de años y años de una política tradicional, que sin inclusión y sin razón los ha ido llevando a las calles poco a poco.

Las protestas empezaron en oriente, como casi todo lo bueno que ha tenido el mundo en su historia, tumbaron gobiernos que se creían eternos y llegaron a España, pasaron por Inglaterra (donde fue más el desorden y el vandalismo) y finalmente están en Israel. En América, Chile no ha sido ajeno al movimiento mundial; las protestas por el sistema educativo en el país del pacifico, llevaron a muchos estudiantes y profesores a las calles, en un grito que sólo pudo ser sobrepasado por un trágico accidente aéreo. La juventud del mundo entero se mueve, no se quedan callados ante lo que consideran injusto y salen a expresarse....